Las cartas, inéditas en castellano, que se recogen en 'Correspondencia escogida' muestran a una persona orgullosa, con escasa empatía y con el afán único de trascender El hombre que pensaba que la vida era puro sufrimiento y vivíamos en el peor de los mundos posibles fue también un miope con respecto al amor. Recibió cariño de sus padres —sobre todo de su madre—, de su hermana, de sus amigos, su editor y hasta de Wolfgang Goethe. Sin embargo, el alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) empeñó toda su vida en crear un sistema filosófico según el cual todo es tragedia y decepción. De ahí que incluso defendiera el movimiento antinatalista, que señala que traer niños a este planeta es un acto cruel y deleznable para con ellos. Lo curioso es que todo este sistema se cae cuando se leen las cartas que recibió de colegas, familiares y de su amante, Caroline Medon (Ida). “Hasta me enfado conmigo misma por no ser capaz de reprimir mi deseo de verte una vez más. ¡Mi espíritu está tantas v